El canal lagrimal es un conducto que une al ojo con la porción inferior de la nariz. Tiene como principal función el drenaje de nuestras lagrimas evitando que estas queden empozadas en nuestros ojos, siendo así un caldo de cultivo para gérmenes, generando infecciones a repetición en las vías lagrimales.
Con cierta frecuencia esas vías lagrimales se pueden obstruir tanto en adulto como en niños pequeños. Cuando se produce en niños generalmente es producto de una malformación congénita en la vía lagrimal de severidad variable. El síntoma principal de esas obstrucciones de la vía lagrimal es lagrimeo más infecciones a repetición de la superficie ocular.
Tratamiento para la obstrucción del canal lagrimal
El principal tratamiento para esta enfermedad es de manera conservadora a través de masajes del saco lagrimal, llegando a tener tasas de éxito muy altas, alrededor de 80% de los casos. Sin embargo, estos casos requieren de un acompañamiento de un especialista pues existen complicaciones que pueden estar asociadas a esa enfermedad que podría requerir de tratamiento tópico o sistémico. En aquellos casos en que no se consigue resolver la obstrucción de la vía lagrimal con masajes (que se le enseña a realizar a los padres) existen alternativas quirúrgicas como el sondaje de la vía lagrimal o la dacriocistectomía que nos va a aportar buenos resultados.
En Alinea Visión recomendamos acudir a los controles periódicos para poder tomar la acción más adecuada en el momento preciso y evitar tratamientos más invasivos. Muchas veces un chequeo preventivo puede ser clave para garantizar una buena salud visual.